Gunnar
Ekelöf (1907-1968)
_________________________
Me
topé con un vendedor de cordones de zapatos
en
una callejuela del zoco
Quería
venderme unos cordones
a
mí que no tengo zapatos
cordones
rojos, negros, de algodón, de seda
No
veía que iba descalza
Este
hombre tenía que estar ciego o loco
o
quizá fuese ese cuerdo
Nos
saludamos
con
el signo que significa «Ya sabes».
Y
ambos nos echamos a reír
*
* *
No,
las almas no se hablan
unas
a otras
de
manera diferente que los pájaros
Y
los pájaros no se hablan
de
manera diferente que las almas
Mientras
nuestro oído necesita
una
multitud de palabras
de
sonidos laboriosamente ensamblados
para
que lo dicho llegue a su destino
les
bastan a ellos unos pocos
les
basta con variar su intensidad
variar
su acento
Gunnar
Ekelöf. La leyenda de Fatumech. 1966.
__________________________
* * *
Comentarios
Publicar un comentario